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domingo, 16 de junio de 2013

Metodos de adivinación: TAROT

El tarot es una baraja de naipes a menudo utilizada como medio de consulta e interpretación de hechos (presentes, pasados o futuros), sueños, percepciones y/o estados emocionales constituyendo, además, un tipo de cartomancia.
Sus orígenes datan al menos del siglo XIV. La técnica se basa en la selección de cartas de una baraja especial, que luego son interpretadas por un lector, de acuerdo al orden o disposición en que han sido seleccionadas y/o repartidas.

 Cartas del Tarot:

La baraja de tarot está compuesta por 78 cartas, divididas en arcanos mayores y menores. La palabra «arcano» proviene del latín arcanum, que significa misterio o secreto.
Las cartas de los arcanos mayores, 22 en total, son:

  • El Mago
  • La Sacerdotisa
  • La Emperatriz
  • El Emperador
  • El Sumo Sacerdote
  • El Enamorado
  • El Carro
  • La Justicia
  • El Ermitaño
  • La Rueda de la Fortuna
  • La Fuerza
  • El Colgado
  • La Muerte
  • La Templanza
  • El Diablo
  • La Casa de Dios (La Torre)
  • La Estrella
  • La Luna
  • El Sol
  • El Juicio
  • El Mundo
  • El Loco
Esta última es la única carta, dependiendo el tipo de naipe o su edición, puede no estar numerada o bien corresponderle el número cero. También se refieren a los 22 Arcanos Mayores como triunfos (atouts en francés, atutti en italiano) lo que significa "por encima de todo".
Los arcanos menores son un conjunto de 56 cartas divididas en 4 palos de 14 cartas: espadas, copas, bastos y oros, como en la baraja española, pero con una ligera variación: cartas numeradas del uno al diez, más los personajes de la corte: "sota", "reina", "rey" y "caballero"; los que se cree que eran los cuatro niveles sociales durante los tiempos medievales: nobleza simbolizados por las espadas; campesinos por los bastos; el clero por las copas; y los comerciantes por los oros.
El diseño de los naipes es variado, aunque existen diseños clásicos como el del Tarot de Marsella (final del siglo XVII) que ha servido como guía en la elaboración de las figuras y su simbología. Una baraja muy popular y actualmente la más reconocida es el Rider-Waite-Smith Tarot, (o Rider-Waite o simplemente Rider) ideado en 1910 por Arthur Edward Waite y realizado por su discípula Pamela Colman Smith, impresa por la Rider Company. Otra baraja común es el Book of Thoth Tarot ideado entre el 1938 y el 1942 por el mago inglés Aleister Crowley y realizado por su discípula Frieda Harris; esta baraja fue junta en 1944, en blanco y negro, con El Libro de Thoth que explica la simbología y uso; pero fue editado con sus colores originales solamente en 1977, en Nueva York, por US Games Systems y Samuel Weiser.





Orígenes del Tarot:

Las primeras referencias al Tarot aparecen en el Siglo XV en Italia. La baraja más antigua es el Tarot de Filippo María Visconti (1412-1447), hoy día en la Biblioteca de la Universidad de Yale, Estados Unidos de América
El historiador italiano Giordano Berti supone que el duque de Milán fue el inventor del Tarot. En efecto, algunas imágenes del Tarot de Filippo María Visconti son iguales a las de otra baraja diseñada por el duque en 1415: el Juego los XVI Héroes.
En estudios realizados por ocultistas de los Siglos XVIII y XIX, como Antoine Court de Gebelin, Eliphas Levi y el Doctor Gérard Encausse (Papus) se intenta demostrar la conexión existente entre el tarot y la cábala, así como con el simbolismo egipcio.
Según plantean los investigadores actuales Daniel Rodes y Encarna Sánchez, el origen del Tarot habría que buscarlo entre los cátaros medievales y la cultura occitana cuya filosofía encaja perfectamente en la idea básica del juego de Tarot (referencias: libro La Herencia de los cataros y María Magdalena. Ed. Palmyra; libro La Diosa en los evangelios, Margaret Starbird)
Así, la presencia de una Papisa, la importancia de los personajes femeninos y claras referencias a un cristianismo distinto de la ortodoxia romana harían pensar en un uso original del Tarot como una transmisión de un conocimiento filosófico, si bien con el paso del tiempo pasarían a ser usadas como un sistema adivinatorio. Pero la Papisa fue, en realidad, un símbolo de la Fe cristiana, como demuestran numerosas obras de arte de la Edad Media.
Otros autores afirman que los gitanos, en su deambular por los países europeos, promovieron el Tarot como un sistema adivinatorio. Hay, de hecho, quien sostiene que el Tarot logró sobrevivir a la Inquisición, ya que los gitanos no resultaban unos objetivos prioritarios de la jurisdicción inquisitorial, por los que ellos, sus conocidas prácticas esotéricas y sus efectos personales consiguieron zafarse de la persecución y la hoguera y llegar hasta nuestros días. Pero es cierto que los gitanos llegaron a Europa cuando el Tarot era ya conocido. Por otra parte el juego de Tarot se juega en Italia desde el Siglo XV, y en el siglo siguiente se propagó en muchas regiones de Europa: en primer lugar Francia, después Suiza, Bélgica, Alemania y Austria. La adivinación con el Tarot aparece con seguridad en Italia y Francia en el Siglo XVIII.



 

 El tarot sigue constituyendo un medio de adivinación usado extensivamente en el mundo occidental, normalmente bajo la forma de consultas personales, telefónicas y por internet donde el tarot se sincretiza con otras creencias y tradiciones como la astrología o la numerología. Sólo en España el esoterismo mueve cientos de millones de euros al año, siendo el tarot el elemento más visible y comercial.

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